Mucha gente me pregunta, cómo se me ocurrió la idea de CAROLIVE. Y la verdad es que echando la vista atrás, y recordando empezó de la manera más simple: Paseando por la montaña y viendo caer las hojas de los árboles. !Qué bonitas¡,-pensé...-y fue entonces cuando me pregunté, porqué no podría conservar una hoja en el tiempo y a la vez poder presumir de ella.
He de matizar que a parte de mi pasión por la montaña, siento amor por el Mar, y esa parte de mi también están en mis creaciones con el cristal marino o lágrimas de sirena, regalos que nos devuelve el mar después de veinticinco años esculpiéndolos con su sal, sus corrientes, su arena, sus tempestades y porqué no, con los susurros de las Sirenas, porque cuenta la leyenda que cada marinero que fallecía en el mar la sirenas derramaban lágrimas, y éstas se convertían en cristal; de ahí su nombre.
Desde la más absoluta humildad y trabajo intento hacer de mi pasión, creaciones únicas, como única es nuestra Naturaleza.
Utilizamos cookies propias y de terceros para fines analíticos. Haz clic en "Más información" para saber más sobre las cookies.
Comience a escribir para ver los productos que está buscando.